Contaminación existente
Residuos de medicamentos
Se han detectado residuos de antibióticos y otros fármacos en las plantas de tratamiento de aguas residuales y en el recurso hídrico no tratado de muchos países europeos.
Nitratos
Los nitratos son principalmente de origen agrícola y están en constante aumento.
El efecto nocivo está relacionado con la conversión del nitrato en nitrito en el organismo, que interfiere en la capacidad de la sangre para transportar oxígeno.
Pesticidas
Los plaguicidas (o productos fitosanitarios) tienen el propósito común de “proteger” las plantas de las plagas y destruir las plantas no deseadas.
Los pesticidas, insecticidas y herbicidas son la otra gran contaminación del agua.
Los plaguicidas entran en nuestro organismo por vía oral, respiratoria y dérmica. La relación entre la degradación del medio ambiente y la mala salud está claramente demostrada.
Bacterias
La desinfección del agua con cloro y ozono elimina los gérmenes peligrosos. Se llevan a cabo numerosos controles con regularidad.
No obstante, pueden producirse contaminaciones accidentales y estacionales.
El agua de los pozos privados o de los manantiales naturales puede contener bacterias.
La infección más común es la E. coli. Los síntomas incluyen náuseas, diarrea, cólicos y fiebre baja.
Plomo y metales pesados
El agua, al pasar por las tuberías de plomo, disolverá cantidades muy pequeñas de este metal, que permanecerá en el agua en forma iónica. Los factores que contribuyen a aumentar el contenido de plomo son: el bajo pH (caso del agua dulce), la temperatura, el tiempo de estancamiento y la longitud de las tuberías.
Incluso cuando se absorbe en pequeñas cantidades, el plomo puede ser perjudicial, especialmente para los fetos, los bebés y los niños pequeños (intoxicación por plomo).
Escala
Las incrustaciones en las tuberías de agua son el resultado de la precipitación del calcio y el magnesio disueltos en el agua, en forma de carbonato o, más raramente, de sulfato.
La cal puede proporcionar un lugar ideal para el crecimiento de bacterias como las que causan la legionela.
Cloro
Desde 1911, el cloro se utiliza para desinfectar el agua potable en todo el mundo. Destruye las bacterias y los virus perjudiciales para la salud humana.
En aplicación del plan Vigipirate, la dosis de cloro en la red se ha multiplicado por tres, pasando a 0,3 mg por litro con un residual en el grifo de 0,1 mg por litro.
El cloro puede ser absorbido por inhalación o ingestión.
Irrita la piel, los ojos y el sistema respiratorio. No es probable que estos efectos se desarrollen con la concentración de cloro que se encuentra normalmente.